Rafael Correa y Fánder Falconí, negocian créditos y entrega de petróleo
con representantes del Banco de Desarrollo de China
con representantes del Banco de Desarrollo de China
NEGOCIO PETROLERO CON CHINA
Una muralla de corrupción
Al momento
Ecuador entrega a Petrochina casi el 90% de la producción total de crudo. Desde el 2009 el gobierno de Rafael Correa se
ha endeudado con China en 9000 millones de dólares al 7.25% de interés -una de
la deuda más alta adquirida por un gobierno en la historia del Ecuador-. El
pago de la deuda se realiza por medio de entregas de petróleo de Petroecuador a
Petrochina y Unipec (Sinopec). Ecuador ha comprometido 240 barriles de petróleo
por día a un valor inferior al del mercado: en cada barril, el Ecuador se
perjudica entre 2 y 3 dólares. El destino final del petróleo, sin embargo, no
es China; existe un oculto proceso de
intermediación: Taurus Petroleum, Ursa Shipping y Gunvor revenden el petróleo
ecuatoriano principalmente a las refinerías de la compañía Chevron, en
California.
El principal
representante de Ecuador: Rafael Correa, ha criticado de manera frecuente los procesos de
intermediación, especialmente los relacionados con la comercialización del
crudo el país. En sus discursos ha catalogado a los comercializadores privados
como intermediarios corruptos y
corruptores que lucran a expensas de Petroecuador. Ahora se acabó la intermediación de los crudos.
Petroecuador es la única empresa de producción de crudo que yo conozco, que no
vende al consumidor final, que es la refinería, sino al intermediario,
dijo en un discurso tras la elección de 2007. ¡Prohibido olvidar!, parafraseando una de sus frases más
recurrentes. El discurso y la praxis han tomado rumbos diametralmente opuestos.
Las relaciones con nuestro aliado estratégico
La República Popular de China empiezan desde mediados de 2009, cuando el
Ecuador recibe los primeros 1000 millones de dólares en financiamiento con un
interés del 7,25% para ayudar a equilibrar su presupuesto y de esta manera
financiar la Revolución. La forma de pago se acuerda por medio de
entregas de petróleo de Petroecuador a PetroChina, a través de contratos de
largo plazo. Ecuador comprometió 96 000
barriles de petróleo por día, a partir de allí China comienza a recibir la
exclusividad en el manejo de nuestro petróleo.
Desde aquel
entonces PetroChina ha llegado a dominar la comercialización del crudo
ecuatoriano: al momento Petroecuador entrega a la empresa casi el 90% de la
producción total de crudo. Un trato
inusual considerando la gran diversificación de la demanda de petróleo en el
mundo. Con esos suministros
comprometidos, la capacidad de Petroecuador de buscar otros clientes dispuestos
a pagar mejor, así como la posibilidad de vender el petróleo en subastas
competitivas casi ha desaparecido. ¿Por qué se ha comprometido casi el 90% del
crudo ecuatoriano, que está valorado en un valor mucho mayor que los préstamos
que nos ha entregado China a un interés elevado que ha estado entre el 6% y
7,25%? Los adelantos de dinero
realizados por China a Ecuador desde el 2009, tres créditos de 1 000 millones y
tres de 2000 millones de dólares, cubren apenas una pequeña parte, de los cerca
de 13 000 millones de dólares al año que representa las ventas de
petróleo. No se incluye en este rubro
2000 millones adicionales, presuntamente comprometidos con China, los cuales
aún no han sido confirmados por el gobierno.
¿Porqué tanta exclusividad con
nuestro aliado, tomando en cuenta el monto de los créditos, las condiciones de
la demanda y las altas tasas de interés? Desde que los préstamos comenzaron a
emitirse, las condiciones firmadas con Petrochina devinieron paulatinamente más
y más favorables. Un acuerdo firmado en
2010 por otro crédito por $1 000 millones de dólares, recortó la prima que
Petrochina pagaría por el crudo de Ecuador y autorizó a Petrochina revender el
crudo en cualquier mercado. A inicios de 2011, Ecuador obtuvo otro crédito por
1 000 millones de dólares y autorizó a Petrochina a tomar dinero de cualquier
otra compañía que le debiera a Petroecuador si Ecuador no lograba cumplir con
los términos de los prepagos.
A estos
factores se debe añadir la adjudicación sin licitaciones de grandes obras y de
varios bloques petroleros en el sur oriente. Parece que el gran ganador de
estos acuerdos es el aliado estratégico del país: China. El infinito
amor que parece profesar a Ecuador no es devuelto de forma recíproca. Como
se verá más adelante, China no es el único ganador. ¿Ingenuidad o incapacidad a
la hora de manejar adecuadamente el principal negocio del país -en el cual se
cuenta con una basta experiencia de más de 40 años-? Ninguna de las dos posibilidades
aclara lo acontecido. Hasta el presente ha sido evidente que los/as revolucionarios/as que forman parte de
este gobierno no han dado la menor señal de ingenuidad. Tampoco es pertinente
poner en tela de duda su gran capacidad intelectual.
El negociado de la intermediación
El petróleo ecuatoriano que es vendido a Petrochina no está alimentando la industrialización China, como se supondría y como ha afirmado el presidente. Alrededor de la venta de crudo de Petroecuador a Petrochina, por el pago de los créditos, se ha configurado un enredado proceso de intermediación en el cual figuran compañías privadas como Taurus Petroleum, Ursa Shipping y Gunvor SA, a través de las cuales, aunque parezca extraño, se revende el petróleo ecuatoriano principalmente a las refinerías de la compañía Chevron, en California -empresa a la que Rafael Correa ha dicho en numerosas ocasiones que tiene la mano sucia-. Otra parte del petróleo se traslada a las refinerías de Shell y Tesoro, EE.UU. y a la Pampilla, en Perú. De otro lado, gran parte del crudo es almacenado y trasegado en la terminal de Panamá controlada por Taurus y Gunvor, empresa vinculada a Vladimir Putin. En estos cuatro años de relación con Petrochina, Taurus ha tenido un rol preponderante en la venta de petróleo de Ecuador en la costa oeste de Estados Unidos.
El petróleo ecuatoriano que es vendido a Petrochina no está alimentando la industrialización China, como se supondría y como ha afirmado el presidente. Alrededor de la venta de crudo de Petroecuador a Petrochina, por el pago de los créditos, se ha configurado un enredado proceso de intermediación en el cual figuran compañías privadas como Taurus Petroleum, Ursa Shipping y Gunvor SA, a través de las cuales, aunque parezca extraño, se revende el petróleo ecuatoriano principalmente a las refinerías de la compañía Chevron, en California -empresa a la que Rafael Correa ha dicho en numerosas ocasiones que tiene la mano sucia-. Otra parte del petróleo se traslada a las refinerías de Shell y Tesoro, EE.UU. y a la Pampilla, en Perú. De otro lado, gran parte del crudo es almacenado y trasegado en la terminal de Panamá controlada por Taurus y Gunvor, empresa vinculada a Vladimir Putin. En estos cuatro años de relación con Petrochina, Taurus ha tenido un rol preponderante en la venta de petróleo de Ecuador en la costa oeste de Estados Unidos.
Taurus, a su
vez, contrata los servicios de fletamento a Flopec (Flota Petrolera
ecuatoriana), para llevar a cabo su propósito: la intermediación en la
comercialización de crudo sin el uso de activos propios, por medio de la
intervención de contactos y negociaciones de alto nivel, para la obtención de
cuantiosos beneficios. La ley del menor esfuerzo en acción, presentada de una
manera ridículamente explícita.
Es ciertamente
evidente intuir que Petroecuador y Flopec tenían conocimiento de que se estaba
ensamblando un sistema de intermediación con el crudo entregado a
Petrochina. Es importante aclarar que
las relaciones que mantiene Petroecuador no son con Petrochina International
Company Limited con sede en Beigin, sino con una empresa creada en el paraíso
fiscal de Panamá llamada Petrochina International America Inc., que registra 16
empleados en Ney Jersey, es decir: una pantalla armada para el efecto. Las conclusiones de dicho proceso son obvias:
Petroecuador recibe menores ingresos, consecuentemente el país entero recibe
menores ingresos, por tanto, el programa de desarrollo
y progreso que fomenta el gobierno, paradójicamente se ve lesionado.
Bajo
el paraguas de los contactos de alto
nivel, la compañía Taurus Petroleum
despliega relaciones con Enrique Cadena Marín, ecuatoriano que ha estado
íntimamente relacionado con el negocio del petróleo. Cadena, a pesar de ser llamado el Zar petrolero, fue enjuiciado en 2012
por el Banco Central del Ecuador, por insolvencia. Finalmente fue sobreseído.
Es a este ciudadano al que Taurus transfiere alrededor de 1,5 millones de
dólares mensuales a una cuenta bancaria de la empresa de su propiedad: Naparina
Corp. S.A. ¿Con que argumento Taurus
Petroleum deposita semejantes cantidades de dinero a Naparina Corp.? De esta cuenta, igualmente se realizan
transferencias a otras empresas relacionadas con Cadena, como: Denari Systems,
Pegaso, etc., además de transferencias a cuentas personales de Enrique Vidal,
Gabriela Cadena y a otros ciudadanos como José San Martín, Fernando Uribe y
otros. Se puede presentar como evidencia
comprobantes de centenares de transferencias realizadas a Enrique Cadena Marín.
Cadena, a pesar de haber pasado por un juicio de insolvencia,
ahora registra un sinnúmero de bienes y propiedades. Se
confirma en este caso las palabras del presidente al referirse de las
intermediarias como corruptas y
corruptoras. Las políticas y prácticas que se han implementado en ese
marco, se han convertido en una parafernalia edificada para generar beneficios
a terceros: intermediarios que gestionan la venta del petróleo ecuatoriano. Un
proyecto cuyo objetivo reside en generar cuantiosos beneficios a particulares a
través de un cierto y eminente perjuicio al país.
Las
evidencias se encuentran claramente presentadas en el libro publicado por
Fernando Villavicencio en enero de 2013 -Ecuador Made in China-, mientras la
contraloría investigaba el tema. Meses
más tarde, la Contraloría aprueba el 25 de marzo de 2013 el Examen Especial al proceso Pre-Contractual y
Ejecución del Convenio y Contratos de Compra-Venta de Crudo Oriente y Napo,
entre Petroecuador y la Compañía Petrochina International Company Limited, del 1 de enero de 2009 al 25 de noviembre de
2010, en donde se analizan únicamente dos de los en ese momento seis
contratos establecidos en la asociación entre los dos países. En el informe se
especifica que, en la venta de petróleo a Petrochina, como parte del proceso de
intermediación, se estaría perdiendo solo por premios inferiores al mercado,
hasta 1,50 dólares por cada barril. La Contraloría General del Estado, en su
informe -que tomo 3 años en ser elaborado-, saca las mismas conclusiones que
Fernando Villavicencio, quien envía una carta al presidente el 16 de agosto de
2013 comunicándole todos los
detalles con respecto a la intermediación petrolera, hasta la fecha no ha
habido respuesta.
La
agencia de noticias Reuters, a partir del lanzamiento del libro de
Villavicencio y de otras fuentes de denuncia, se interesa en el tema y decide
investigar por su cuenta. Para lo cual y con el afán de tener la versión de una
parte implicada, el 17 de octubre de 2013, envía a la presidencia un pliego de
preguntas. Nunca hubo respuesta. De ahí
que emerja una gran interrogante: ¿la presidencia no cuenta con el tiempo para
aclarar un tema tan importante, relacionado con el principal negocio del país?
¿No quieren o no pueden justificar su
verdad? El silencio de la presidencia esclarece que el gobierno es incapaz,
en términos concretos, de desmentir
los sólidos argumentos de Fernando Villavicencio, del informe de contraloría, y
de contestar las preguntas y responder a la investigación de Reuters; lo hechos
concretos, en este caso, sobrepasan el discurso con el que se pretende cubrirlos:
¿acaso Villavicencio, la Contraloría y una de las agencias de noticias más
prestigiosas del mundo, Reuters, se han confabulado para injuriar al gobierno y
sus políticas?
Registros comunicacionales
Marco Calvopiña, Gerente General de Petroecuador, con respecto al informe de contraloría asegura que este ha sido aclarado y desvanecido, que en el mismo existen errores conceptuales básicos de los auditores. Sin embargo, las evidencias concretas demuestras que el informe no se trata de simples denuncias o versiones de prácticas comunes en la industria, como afirma el señor Calvopiña. Se trata de un irrebatible perjuicio potenciado y avalado por el Estado hacia los/as ecuatorianos/as.
Marco Calvopiña, Gerente General de Petroecuador, con respecto al informe de contraloría asegura que este ha sido aclarado y desvanecido, que en el mismo existen errores conceptuales básicos de los auditores. Sin embargo, las evidencias concretas demuestras que el informe no se trata de simples denuncias o versiones de prácticas comunes en la industria, como afirma el señor Calvopiña. Se trata de un irrebatible perjuicio potenciado y avalado por el Estado hacia los/as ecuatorianos/as.
Hasta
el momento las respuestas por parte del gobierno han sido inexistentes. Las
acciones que el Estado ha emprendido se han desplegado al calor de la
persecución. Resulta revelador y delatador el hecho de que en primera instancia
hayan sido allanadas las oficinas de Cléver Jiménez y Fernando Villavicencio y
además el domicilio de este último por supuesto hackeo. Tras ese evento se emitió una sentencia arbitraria y fuera
del marco legal contra los 2 ciudadanos: se los sentenció a 18 meses de prisión y a pagar una multa de 140 mil dólares,
porque la denuncia presentada por ellos para que se investiguen los hechos
acontecidos el 30 de septiembre de 2010 fue considerada como ‘maliciosa y
temeraria’. La persecución habla por si misma.
Podemos contrastar este caso particular con el conocido ‘come cheques’, quien
se inmortalizó por comer cheques a pesar de su escaso aporte nutritivo, y fue
condenado a 3 meses de prisión.
Silenciar a opositores
A partir del modo en el que el Estado ha desdoblado sus estrategias, se puede intuir el trasfondo que subyace al mencionado escenario: la única vía de ‘callar’ a Fernando Villavicencio, Cléver Jiménez y Carlos Figueroa, era a través del proceso operado, ciertamente, bajo el marco de lo ilegal. Las pruebas fehacientes presentadas en el libro Ecuador Made in China constituye un elemento clave al momento de develar cuál es el mecanismo que opera en el trasfondo de la revolución ciudadana.
A partir del modo en el que el Estado ha desdoblado sus estrategias, se puede intuir el trasfondo que subyace al mencionado escenario: la única vía de ‘callar’ a Fernando Villavicencio, Cléver Jiménez y Carlos Figueroa, era a través del proceso operado, ciertamente, bajo el marco de lo ilegal. Las pruebas fehacientes presentadas en el libro Ecuador Made in China constituye un elemento clave al momento de develar cuál es el mecanismo que opera en el trasfondo de la revolución ciudadana.
En la arena de
los contratos con Petrochina, los funcionarios del gobierno erigen su discurso
desde la premisa de que ellos cumplen los contratos en los cuales se establece
el libre destino, por el cual el
petróleo que Ecuador vende a las empresas chinas puede ser revendido en
cualquier parte. Así, señalan que la responsabilidad de Petroecuador acaba en el momento en que el crudo es
cargado en los buques. Según una
entrevista telefónica con Reuters, Nilsen Arias, gerente de operaciones
internacionales de Petroecuador manifiesta: Lo
que hagan las firmas chinas con el petróleo luego de que asuman su propiedad en
Ecuador no es asunto de Petroecuador, nosotros
vendemos a libre destino.
En
otras palabras, en las negociaciones, los funcionarios de la estatal
Petroecuador le dijeron a Petrochina lo siguiente: Permitimos que contraten intermediarios y que hagan de nuestro crudo lo
que les convenga, para esto, les vamos a vender a un precio descontado (el
descuento incluye aranceles, fletes, etc.) para que puedan vender sin
inconvenientes nuestro crudo en el mercado internacional, para que así puedan
sacar el máximo provecho por la venta de nuestro crudo y para que,
evidentemente, los intermediarios ganen la parte que les pertenece.
El destino del
petróleo que vende Petroecuador ¿No es asunto de Petroecuador? Los descuentos aplicados para que puedan
lucrar los intermediarios ¿No es asunto de Petroecuador? El perjuicio para el Estado,
al perder alrededor de $2 por barril vendido ¿No es asunto de Petroecuador?
Es
preciso recordar a los/as revolucionarios/as
que Petroecuador está en la obligación de exigir que el crudo sea llevado a las
refinerías de la empresa contratista para impedir que se hagan negocios con ese
petróleo y se afecte el mercado natural de Petroecuador, con base a la
normativa de comercialización de hidrocarburos para empresas estatales que
dice: La subgerencia de Comercialización
Internacional en la negociación con las Empresas Estatales, a más del
diferencial que se establezca, se estipulará en el contrato una clausula por la
que el lote de crudo a entregar debe se destinado exclusivamente a sus
refinerías.
Además
es imperioso recordarles que el directorio de Petroecuador, el 15 de noviembre
de 2010, luego de un importante análisis de la situación del comercio
internacional de hidrocarburos, adoptó la resolución DIR-EPP-42-2010, orientada
a promover la eliminación de la intermediación del crudo ecuatoriano, con la
que se obliga a los compradores a llevarlo a sus refinerías. Igualmente se ha hecho caso omiso al convenio
de Alianza estratégica suscrito con Petrochina, el cual obliga a las partes a
someterse a la legislación ecuatoriana.
Así las cosas, esos contratos tendrían vicios de nulidad.
Esto ya fue alertado por la ex Ministra
de finanzas María Elsa Viteri, quien comunico en un memorando en junio del
2009: el libre destino del crudo
exportado, situación que debe ser revisada debido a que puede darse un proceso
de arbitraje, es decir, el crudo ecuatoriano entregado a Petrochina puede ser
revendido en el mercado internacional con el objetivo de generar ganancias
extraordinarias para la empresa Petrolera China, por lo que se solicito a quien
corresponda realice las gestiones necesarias para la revisión de esta
condición. Es ya vox populi el
destino de la ex ministra, se intuye que no fue tan revolucionaria como se esperaba.
El pedido de la Ministra de finanzas quedó en el ámbito de la palabra muerta.
En
este caso cuesta pensar que las personas involucradas en los contratos dejaron
pasar por descuido un punto tan sensible y crucial para los intereses del país.
El Estado ecuatoriano, hasta la fecha no ha aclarado y, sobre todo, no ha hecho
nada para detener este proceso de intermediación que involucra pérdidas sin
precedentes para el país. La larga noche
neoliberal ha acabado. Ahora, enemigos de la patria despojan al país a
plena luz del día, en horario laboral, desde suntuosas oficinas.
Nuestro principal representante:
preparado, capaz y dotado con el talento del manejo del discurso, construye la
fachada. Aquella fachada, sin embargo, está edificada desde un universo
discursivo que se asienta en las mismas palabras que nombra y que están
completamente desvinculadas de los hechos concretos, que son diametralmente
opuestos al discurso que debería fundamentar. Ante la imposibilidad de alguna
explicación lógica a las contradicciones comprobadas, el líder del Ecuador
confirmar su humanidad y destaca los errores que le conviene destacar y no solamente
omite lo que no es favorable, sino que es el ataque y la persecución lo que
guía su política ante quien se atreva a desestabilizar su falaz discurso: enemigos de la patria, llama a
aquellos/as quienes denuncian, con pruebas concretas y verificadas, las
incongruencias del socialismo del siglo
XXI.
El poder, a la luz de la revolución ciudadana, se ejerce de una
manera vertical al servicio de intereses de particulares que manipulan todas
las esferas del Estado para que la consecución de sus proyectos se desplieguen,
aun cuando en aquella consecución esté implícita un descomunal prejuicio a
los/as ecuatorianos/as, de modo impecable. De ahí el porqué de las políticas
totalizadoras del gobierno: las denuncias y los hechos desbordan el discurso
correísta, lo desestabiliza. Los pilares sobre el cual se erige su discurso
carecen de respaldo concreto: el milagro
ecuatoriano, el surgimiento del jaguar, la bonanza.
La
revolución se está tiñendo, con sus propias acciones, por los adjetivos y
calificaciones el propio gobierno utiliza para descalificar a los que piensan
diferente. Resulta llamativo que los dardos usados para descalificar a los
llamados vende patria, partidocracia
corrupta, etc., regresen como un boomerang en contra del mismo quien los
lanzó.
Los
representantes de los/as ciudadanos/as no los están representando guiados por el interés
colectivo. Las acciones hablan por sí
mismas y todo cae por su propio peso.
No se trata de oposición, ni de ideologías. En las denuncias de los/as
ciudadanos/as disidentes, insurgentes: peligrosos, se revelan las pruebas
concretas de que los representantes no representan ni actúan como otrora se promocionaron:
con manos limpias.